lunes, 27 de diciembre de 2010

Despedidas


Ha llegado la hora de irse.


¿Se puede saber que haces ahí dentro?


Pues si tú te vas, yo también. Faltaría más...


No seas tonto, Beni.
¿No ves que no cabéis los dos ahí dentro?
Además...¿que iba yo a hacer sin tí?



Pues se está agustito.
Ya tengo ganas de conocer a Sandra...



Adiós...




miércoles, 8 de diciembre de 2010

El Conejito Azul


Como iba diciendo...
¿Y esto?
¿Quién es este misterioso ser de otro mundo?
Tiene un ojo un poco siniestro ¿no?


Para nada.
Es el conejito azul, y es una gran persona, aunque le encanta ir de duro por la vida.


Aquí lo veis haciendose el interesante.
Pero en el fondo es un blando...


Como que está relleno de restos de almohada...
¿Como no va a ser un blando? Blando, suavito, soñador y un poco dormilón.


Y le encantan los cuentos. Por eso se ha hecho tan amigo de caperucita, dentro de su bola.
Al conejito azul le encantaría saber como meterse dentro con ella, pero la verdad es que no creo que le sentase muy bien el agua. Es el problema de estar hecho de lana y de relleno de almohada...
Me temo que el suyo es un amor imposible.
Además, el conejito azul no se quedará mucho en casa.
Aún no se lo he dicho, pero hay alguien esperandole en otro sitio.



Me da un poco de pena separarlo de Gizmo y Benito, ahora que se han hecho tan amigos.
Pero hay una señorita que le espera esta navidad. Una señorita a la que le encanta el azul y que le tendrá que poner un buen nombre.
Y seguro que ella también le presentará a un montón de nuevos amigos.



Además, seguro que vendrá de visita.
Y con muchas historias que contar.
(Espero que Sandra lo cuide bien, y lo quiera tanto como lo queremos por aquí...por lo menos)





lunes, 6 de diciembre de 2010

Tarta de zanahoria y coco


Cuando hace frío, cuando las tardes son largas y oscuras, es cuando más me gusta meterme en la cocina, mezclar los ingredientes en el bol grande, el que tiene rayas de colores, batir, amasar, hornear.
Me gusta como huele mi casa las tardes de invierno. Me gusta perfumarla de canela.
O de chocolate.
O de pastel.
Hoy, mi dorada tarta de zanahoria y coco.

Muy facil de hacer. Apuntad:

INGREDIENTES

200 gr. de coco rallado
300 gr. de zanahoria rallada
150 gr. de azúcar
75 gr. de harina
1 sobre de levadura química
3 huevos
Canela molida (opcional)
Gengibre molido (opcional)
Chocolate para postres, unos 150 gr.
Nata líquida, media botellita

ELABORACIÓN

Mezclar en un bol grande todos los ingredientes secos, tamizando la harina y la levadura para que no hagan grumos. Las especias no están en la receta original, pero a mi me gusta añadirlas, le dan a la tarta un sabor muy especial. Pero eso va a gustos, claro.
Batir los huevos e incorporarlos a la mezcla anterior. Remover bien hasta conseguir una pasta homogenea.
Verter la mezcla en un molde engrasado y enharinado. Yo he usado un molde de silicona la mar de bonito que no necesita ninguna preparación previa. Primera vez que lo pruebo, y desde luego, no será la última. Funciona de maravilla.
Hornear a temperatura media durante 30-35 minutos, o hasta que veáis que está dorado y firme al tacto.
Por cierto, mi tarta NO está quemada. Las fotos con flash es lo que tienen, son así de puñeteras...
La tarta original tampoco lleva cobertura de chocolate, pero en mi casa parece que si un postre no lleva chocolate no es un postre, así que, si os apetece, la podeis hacer derritiendo el chocolate junto con la nata a fuego muy lento sin dejar de remover. Tiene que quedar una crema muy suave, sin grumos. Usadla para cubrir la tarta una vez fría y desmoldada. Dejadla en la nevera para que el chocolate se endurezca y Bon Apetit!!!!
Esta tarta está mucho mejor de un día para otro. Es un poco densa, pero muy jugosa, así que no comáis demasiada.
Además, así durará más, hombre...


¿Y esto?



jueves, 2 de diciembre de 2010

Esperando


Tengo que reconocerlo: me encanta esta época del año.
Me gusta que mi casa huela a naranjas, a clavo, a canela.
Aunque siempre he sido más de solsticio que de navidad, me gusta el aire kistch e infantil de las decoraciones navideñas.
Me gusta sentirme pequeña otra vez.


Y contar los días que faltan para Yule, y decorar la casa con todas esas cosas un poco horteras, un poco infantiles, un poco tontas, un poco alegres, y también un poco tristes, porque te hacen recordar cosas que ya nunca volverán a ser. Pero esa es una buena tristeza, en realidad.
Más bien, una buena melancolia.

 
Así que ya he empezado la cuenta atrás.
Ya he buscado la caja de los adornos.
Ya he sacado el calendario de adviento y al viejo reno de la nevera.


Ya he empezado a pensar que puedo regalar a quien, que cosas nuevas puedo hacer.
Pensando en galletas de canela y de chocolate, pensando en la noche más larga del año.
Esperando...


Feliz espera.